En logística industrial, el transporte de pequeñas mercancías representa un desafío. Mal almacenadas o mal aseguradas, se convierten en una fuente de desorden, pérdida de tiempo y, en ocasiones, de mala calidad. Sin embargo, unas pocas decisiones técnicas bien pensadas, combinadas con una organización clara, bastan para asegurar cada operación de transferencia. Ya sea seleccionando el carro de manutención adecuado, estructurando las plataformas o formando a los operarios, cada palanca cuenta para optimizar los flujos en el almacén.

Puntos clave:
- Riesgo de pérdida y mezcla sin una organización adecuada.
- Elección del carro: dimensiones, ruedas y capacidad de carga.
- Estabilidad asegurada con distribución correcta de las mercancías.
- Formación de operarios para mejorar seguridad y eficiencia.
Identificar las limitaciones específicas del transporte de pequeñas mercancías
El transporte de pequeñas mercancías en un entorno industrial presenta retos muy concretos. En primer lugar, su tamaño reducido aumenta considerablemente el riesgo de pérdida, sobre todo cuando se manipulan a granel. También es frecuente que estos elementos sean frágiles, sensibles a los golpes o al aplastamiento, lo que exige una vigilancia especial durante su desplazamiento.
Otro punto crítico es la organización del almacenamiento. Piezas de distintos tamaños y funciones pueden confundirse y ocasionar fallos en la preparación de pedidos. Sin una solución de clasificación clara y estable, el riesgo de mezcla se convierte en un verdadero freno para la productividad.
Elegir un carro adaptado para pequeñas mercancías: los criterios clave
La elección del carro de transporte es una palanca clave para facilitar el transporte seguro y eficiente de cargas pequeñas. Estos son los principales criterios a tener en cuenta al seleccionarlo:
- Dimensiones del carro: sus dimensiones deben responder a la cantidad de mercancía a transportar, evitando un modelo demasiado voluminoso para la zona de trabajo.
- Tipo de ruedas: ruedas giratorias multidireccionales, de caucho o poliuretano, garantizan una maniobrabilidad fluida, al tiempo que protegen las pequeñas mercancías.
- Capacidad de carga: incluso con objetos pequeños, el peso total puede aumentar rápidamente. Un modelo de aluminio o acero inoxidable ofrecerá una estructura robusta capaz de soportar cargas pesadas.

Asegurar las pequeñas mercancías durante los desplazamientos
Para garantizar un transporte seguro, el carro debe ofrecer una excelente estabilidad en movimiento, algo crucial en el caso de las pequeñas mercancías, que por ser más ligeras son más propensas a volcarse o caerse durante el desplazamiento. Los modelos con varias plataformas permiten separar las cargas por niveles y organizar mejor la carga. Se recomienda colocar los objetos más pesados en la parte inferior para bajar el centro de gravedad y así evitar vuelcos.
Algunos carros de manutención están equipados con laterales de rejilla, que actúan como una especie de puerta de seguridad contra caídas laterales. Esta estructura es especialmente adecuada para el desplazamiento sobre plataformas o terrenos irregulares. No obstante, una buena distribución interna de la carga sigue siendo esencial.
Las ruedas con freno refuerzan la seguridad, especialmente durante la carga o descarga en pendiente. Por último, una velocidad de desplazamiento adecuada y un manejo ergonómico con un asa permiten mover la mercancía fácilmente, sin riesgo de lesiones.
Pequeñas mercancías: formar a los operarios en una manutención eficaz
Un carro por sí solo no garantiza un transporte eficaz de pequeñas mercancías si su uso no se domina perfectamente. Mal utilizado, puede provocar errores de distribución, pérdidas de piezas o interrupciones en el flujo. Por ello es esencial formar a los operarios: esto implica instrucciones precisas sobre cómo colocar las cargas ligeras, manipular los mangos, controlar las trayectorias y respetar la ergonomía.
Incluso una formación breve permite instaurar hábitos fiables, adaptados al transporte de piezas ligeras: organizar las plataformas con método, estabilizar las cargas, anticipar los obstáculos. Estos gestos sencillos reducen el riesgo de caídas y mejoran la productividad.
Estandarizando las prácticas en torno a los carros utilizados y responsabilizando a los equipos, la empresa asegura sus flujos y hace más fiable cada desplazamiento, incluso en trayectos cortos.